Escucha
el canto del alma mía.
Siempre
con tus recuerdos rica;.
Hoy,
pensante a ratos fría.
Ayer
callada, mañana histérica.
Es
tan raro sentir el fuego
que
hace años y muchos mayos
quemó
el corazón en juveniles juegos.
La
mente ardió entre candentes rayos.
Pues
es hermoso cantar los versos
que
brindaron al corazón confuso.
Esa
paz, cual toques tersos
de
gotas frescas en el dolor obtuso.
Y
suspirar calladamente al mirar
tus
ojos y labios rojos
que
a veces llaman en mi mente
como
latigazos de lava ardiente.
¡Aaah!
Los tantos y reprimidos sentimientos
que
mi corazón por tu corazón ya siente
pues
la cristalina risa de tu boca ardiente
toca
con sus notas algunas fibras suavemente
¡Algunas!
Mientras el resto continúa pensante
así
pues a veces soy agua-hielo, otras lava-fuego.